Quisiera robar el velo a mi amada
y romper lanzas de amianto
La biografía de una vida peligrosa
donde se confunden los deseos
de librarla del raso nupcial
y fabricar una lengua gigante
– Blanco
Una misión casi infinita donde dos rostros cautivos
se gocen de nuevo frágiles
Un largo pasillo flanqueado por santos
de madera y carne
Una misión cósmica casi orgásmica
donde lo divino y lo inhumano
parirán agónicas criaturas
librándolas de la compasión
– Verde
Quisiera tallar los trazos de su palma
marcando mi nombre en su destino
En mí una línea paralela – en el infinito un punto
La moral es única
no se elige
– Rosa
Correr kilómetros de raíles
viendo pasar árboles en rabiosa calma
Tantas manos han pecado
al elegir este instante
que los cuellos son cautivos de tan frágil destino
bosques de adelfas no abrigan
– Azul
Llegar
Llegar a tiempo
En el momento preciso
Cuando su mirada se dirija plena
hacia el mejor portador de margaritas
Y en ellas permanezca
Quisiera que el azar
dibujara dos pechos y un único corazón
Que palpitase hasta que la vida no diera más de sí
El cura cómplice de tantas desdichas
presenta el racimo
de cuerpo y sangre
bañados en vapores de ginebra
como un deseo de culminar su obra
– Rojo
Pero yo – en mis simbólicas consciencias – descubro
que no soy ladrón
ni adivino
ni conductor de trenes
ni Dios
Contemplo estos deseos desde la proximidad
de los lunes blancos
y juro a mí mismo
que cambiaré de profesión
Blanco Verde Rosa Azul Rojo
No existe hipotenusa en los matices
Francisco Peralta